El resultado que obtuvo el equipo xeneinze estuvo acorde al juego mostrado en el campo de juego, a pesar de haber realizado varias modificaciones el entrenador Guillermo Barros Schelotto decidió guardar jugadores para el duelo del jueves próximo con Libertad por la Copa Libertadores, nunca pudo imponerse pese a que intentó ser el protagonista del partido.
A lo largo del encuentro no pudo encontrar los espacios necesarios para quebrar la defensa de Huracán para poder lastimar y lograr el triunfo, tuvo la pelota en algunos momentos paro se produjeron situaciones claras de gol, ante un Huracán que se cerró bien atrás y tuvo también sus chances, el empate sin goles terminó siendo el resultado más justo.
Boca había arrancado mejor, tratando de convertirse en el dueño del partido. Gago tocaba de primera y le daba fluidez al toque en la mitad de la cancha, Almenda mostraba sus buenas intenciones apareciendo en zonas ofensivas, los extremos (Villa y Pavón) ensanchaban la cancha mientras Zárate retrocedía para participar del circuito de juego. Pero las buenas intenciones se diluían en tres cuartos, donde el Globo esperaba bien parado con su línea de cuatro atrás y con ese doble pacman que formaron Rossi y Damonte. Ambos fueron claves para cortar permanentemente la circulación que proponía el Xeneize.
Que Boca haya tenido una sola situación de gol, un remate de media distancia de Almendra que se fue cerca, habla de las dificultades con las que se encontró para ser profundo. Con dos extremos (uno a pierna natural y otro a pierna cambiada) que intentaban desbordar, el plan fallaba ante la falta de un 9 de área. Zárate, en su rol de falso nueve, no se posicionaba tan adelante y así los centrales de Huracán tuvieron un partido tranquilo. Situación que no se alteró pese al ingreso en el complemento de Abila.
A lo largo del encuentro no pudo encontrar los espacios necesarios para quebrar la defensa de Huracán para poder lastimar y lograr el triunfo, tuvo la pelota en algunos momentos paro se produjeron situaciones claras de gol, ante un Huracán que se cerró bien atrás y tuvo también sus chances, el empate sin goles terminó siendo el resultado más justo.
Boca había arrancado mejor, tratando de convertirse en el dueño del partido. Gago tocaba de primera y le daba fluidez al toque en la mitad de la cancha, Almenda mostraba sus buenas intenciones apareciendo en zonas ofensivas, los extremos (Villa y Pavón) ensanchaban la cancha mientras Zárate retrocedía para participar del circuito de juego. Pero las buenas intenciones se diluían en tres cuartos, donde el Globo esperaba bien parado con su línea de cuatro atrás y con ese doble pacman que formaron Rossi y Damonte. Ambos fueron claves para cortar permanentemente la circulación que proponía el Xeneize.
Que Boca haya tenido una sola situación de gol, un remate de media distancia de Almendra que se fue cerca, habla de las dificultades con las que se encontró para ser profundo. Con dos extremos (uno a pierna natural y otro a pierna cambiada) que intentaban desbordar, el plan fallaba ante la falta de un 9 de área. Zárate, en su rol de falso nueve, no se posicionaba tan adelante y así los centrales de Huracán tuvieron un partido tranquilo. Situación que no se alteró pese al ingreso en el complemento de Abila.
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