Una gran noche para Lanús, luego de la eliminación por
penales en la Copa Sudamericana ante Junior de Barranquilla, la cercanía del choque
ante Douglas Haig, del Federal A, supuso una alta exposición para los de
Ezequiel Carboni, mostro una clara evolución en su juego, aunque sí la
diferencia de categoría que se le podía reclamar.
El Fogonero, como suele pasar en la Copa Argentina con los
equipos de divisiones más bajas, puso la mayor energía y concentración para dar
el batacazo, el mérito de los de Pergamino fue no desordenarse y ser
normalmente eficiente para bloquear los remates del Grana. A Lanús, dueño
absoluto de la pelota, le faltó eficacia en el último pase y en la definición,
porque el 1 a 0 (gol de Joel Martíenz, debut de titular) le quedaba corto.
Fue casi una ironía: Pasquini falló una chance y al toque
igualó Douglas Haig (Duma), en el primer remate al arco del segundo tiempo,
tras un saque largo del arquero Barucco (Inferiores de River).
Esa ineficacia no alteró a Lanús, aunque siguió fallando en
la elaboración (incluso con el Laucha Acosta en la cancha).
Andrada, en el ojo de todos por su posible pase a Boca, no
necesitó lucirse en la definición por penales: Belfiore y Duma fallaron sus
remates.
El balance le impone a Lanús más trabajo para exponerse como
un equipo competitivo para la Superliga. Falta Ribas, delantero que se lesionó
una semana atrás. También, Coniglio, otro averiado. Eso no puede ser excusa, no
alcanza con la actitud.
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