Cómo Boca sedujo a Zárate



Ya se habían dado los contactos telefónicos en los que el Melli le había contado su proyecto futbolístico y revelado los objetivos que le gustaría que sean en común, pero la negativa del jugador fue aceptada sin intentos de último momento. En la noche del domingo, el celular de Guillermo volvió a sonar. Era Zárate, pero esta vez para preguntarle si mantenía el interés, porque él se había dado cuenta de que quería jugar en Boca.

Aclaración: no hubo encuentro en Miami entre Zárate y Barros Schelotto ni una gran insistencia para convencerlo, por la sencilla razón de que las palabras utilizadas en un momento luego puedan ser consideradas un compromiso de juego que nunca se puede asegurar. Lo que sí existió fueron comunicaciones para que el jugador supiera del interés futbolístico para contar con él. Ahora, los hechos abren un escenario con diferentes interrogantes.

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